Prólogo
Al fundarse la ciudad de Santiago de los Caballeros, se
marcó la institucionalidad del poder económico, político y
religioso de la monarquía española en territorio
guatemalteco. Varios fueron los hechos históricos sucedidos
antes y después de dicha fundación, por lo que en la
actualidad esa ciudad, conocida como
La Antigua Guatemala,
se considera colonial. Entre esos acontecimientos se
relatan, en forma breve, algunos de ellos:
Conquista de tierras americanas
Desde el siglo XVI, la vida de los pueblos
indígenas de tierras americanas se vio seriamente afectada
como consecuencia de la invasión, conquista y colonización
realizada por la milicia de la realeza española. Las
incursiones que realizaban los regimientos españoles
originaron el descontento de los pobladores de aquellos
pueblos indígenas, quienes al sublevarse era reprimidos en
acciones militares, al término de las cuales los nativos eran
considerados esclavos y obligados a reconocer tributos.
En ese "nuevo mundo", hacia el año 1510 llegó a La Española,
actualmente Santo Domingo, un grupo de frailes dominicos
decididos a evangelizar y dotados de un gran sentido de
justicia. Levantan una iglesia pajiza y junto a la iglesia, el
convento sencillo y humilde. Aquí se enciende de indignación
el alma de esa comunidad evangélica al observar la falta de
humanidad y explotación a la que era sometida la población
nativa de aquellas tierras americanas.
Por ese motivo, la monarquía española tuvo que reflexionar
sobre la guerra que se hacía a los nativos americanos y el
trabajo que les era impuesto. Con relación a las acciones
militares, esa monarquía emitió un escrito conocido como el Requerimiento,
que no era más que una llamada al sometimiento indígena en
forma pacífica. La exposición de los argumentos contenidos en
ese escrito se hacía constar en castellano, y se consignaba
que mediante intérprete debía leerse a los indios antes de una
acción guerrera o de conquista, advirtiéndoles que si no
aceptaban la autoridad real, o presencia española, se les
haría la guerra y serían considerados esclavos; indicándoles
al mismo tiempo, que ellos mismos serían culpables de los
daños que se originasen de las acciones militares. Sin
embargo, a pesar de dicho documento, se incurría en abusos por
parte de los conquistadores españoles porque muchas veces no
se disponía de un traductor del documento, por lo que los
indígenas no entendían el contenido de aquel escrito; o cuando
se les leía no ponían la más mínima atención o simplemente
porque no había tiempo de hacerlo, pues los indígenas se
defendían y atacaban de inmediato.
No obstante lo dispuesto por la realeza de España, los frailes
dominicos, especialmente
Fray
Bartolomé de las Casas,
no quedaron conformes, pues observaron que el Requerimiento
no solucionaba las infamias cometidas por la milicia española;
razón por la que siguieron cuestionando la conquista por
indigna y contraria a la evangelización.
La respuesta del reinado español a los reclamos originados por
las injusticias cometidas durante la conquista y explotación
de los indios americanos mediante la encomienda, fue la
emisión de las Leyes Nuevas, otorgadas el 20 de noviembre de
1542 que, entre otras cosas, suprimieron el traspaso de
encomiendas, la esclavitud, y se prohibió hacer nuevos
descubrimientos y tomar bienes de los nativos americanos.
Conquista de Guatemala
Los conquistadores españoles Pedro de Alvarado y Contreras, y
Jorge de Alvarado y Contreras, ambos hermanos, llegaron
procedentes de México a territorio guatemalteco para
conquistarlo con el apoyo de los indígenas de Tlaxcala, que
habían sido sometidos en México y convertidos en aliados por
el ejército de Hernán Cortés, también conquistador español.
En 1524, Pedro de Alvarado y Contreras, alta jerarquía de los
conquistadores españoles, y el sacerdote dominico Juan
Godínez, Capellán del ejército español, el 25 de julio del año
mencionado, fundaron en Iximché la primera población española. El
nombre asignado recayó en el Apóstol Santiago, el santo
patrón de los conquistadores españoles, por lo que la villa
fue nombrada Santiago de los
Caballeros de Guatemala.
Ese mismo día tuvo principio la Iglesia, pues en el mismo
Cabildo en que se nombraron Alcaldes y Regidores que
gobernaran la ciudad, también se nombró al mismo sacerdote
Juan Godínez para que distribuyese a los vecinos el pan
espiritual.
En el segundo Cabildo del Ayuntamiento, el 29 de julio del
mismo año, sin que existiera formalidad alguna, se le dio a la
población el título de ciudad.
En la
actualidad…
En la Sala de Armas del Museo de Santiago, en La Antigua
Guatemala, se encuentra una pintura conocida como
"La batalla de conquista de
Guatemala".
Es una copia de segmento del Lienzo de Tlaxcala del
siglo XVIII.
Esa reproducción pictórica es una de las muchas
escenas que contenía el códice mexicano del Siglo
XVI, en su mayoría desaparecido. Una copia fue
realizada en el siglo XVIII, la que actualmente se
halla en el Museo de Antropología e Historia de la
ciudad de México, con el nombre de Lienzo de
Tlaxcala; consta de 80 cuadros, y se ofrece una
relación de los tlaxcaltecas aliados a los
conquistadores españoles. Mide 7 x 2.50 metros. |
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En la lucha contra los conquistadores españoles, sobresalió la
figura de un líder indígena, símbolo de la resistencia, que se
recuerda por su tenacidad, dignidad para proteger su tierra y
guiar a su pueblo para hacer lo mismo, rechazando la
rendición. Se trató de Tecún Umán, un cacique quiché que se
considera una de las figuras más importantes en la época de la
conquista de Guatemala.
De acuerdo con la leyenda, ese guerrero, ataviado con plumas
de ave Quetzal y una engalanada corona, armado con una lanza
con punta de piedra y un escudo, y acompañado de un ave
Quetzal, guió a su ejército, también armado con lanzas,
macanas de piedra, escudos y arcos con flechas, para rebelarse
y luchar contra los invasores.
La batalla fue desigual: Tecún Umán, a pié, y Pedro de
Alvarado y Contreras, a caballo. El guerrero indígena asumió
que al arremeter contra el animal derribaría a su oponente,
por lo que atacó y mató al caballo del invasor. El Capitán
español cayó al suelo pero al recuperarse hirió mortalmente
con su espada el pecho del valiente indígena. La leyenda
también dice que el fiel compañero del guerrero Maya, el ave
Quetzal, con evidente tristeza se posó en el pecho del
fallecido Tecún Umán, manchando sus plumas con sangre. Desde
aquel día, todos los Quetzales machos han nacido con plumas de
color rojo carmesí en el pecho, recordando lo sucedido al
guerrero caído.
En
nuestros días…
Guatemala reverencia a Tecún Umán por su honorable
determinación de no rendirse y luchar por la libertad de
su pueblo; por lo que se le ha conferido un legado que
permanece:
El 22 de marzo de 1960, según Decreto 1344, Tecún
Umán fue declarado Héroe Nacional y símbolo de la
defensa de la nacionalidad guatemalteca.
En su honor fue construida una escultura, que lo
simboliza como estar en guardia, en un área
cercana a la entrada del Aeropuerto Internacional
La Aurora, en la zona 13 de la ciudad capital de
Guatemala.
Asimismo, los billetes de cincuenta centavos de
Quetzal (Q.0.50), que fueron emitidos,
tienen en el anverso una figura que lo
representa. |
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Iximché se encuentra en lo que hoy es Tecpán, Guatemala,
Chimaltenango. Este lugar, que casi no tiene vestigios
coloniales, fue elevado a la categoría de ciudad, según
Acuerdo del 25 de julio de 1924, al conmemorarse el
cuatricentenario de la fundación de la primera ciudad
española en Guatemala. |
En la
población kaqchiquel había descontento por el asentamiento
español en Iximché, y apenas dos años después de la fundación
de la ciudad de Santiago de los Caballeros, los indígenas
presentaron una decidida y recia batalla para expulsar a los
invasores, lo cual lograron.
En 1527, Jorge de Alvarado fue nombrado,
temporalmente, como Teniente de Gobernador para tomar el
control de la gobernación de Guatemala, en virtud que Pedro de
Alvarado se trasladó a España al ser llamado por la monarquía
para solventar aspectos relacionados con la conquista de las
nuevas tierras.
Escarmentados los conquistadores españoles, luego
de la rebelión de los indígenas kaqchiqueles ocurrida en
Iximché, Jorge de Alvarado trasladó la ciudad de Santiago de
los Caballeros al Valle de Almolonga, ubicado en las
faldas del volcán, que en la actualidad es conocido como "de
Agua", y situado entre lo que hoy son los departamentos de
Escuintla, Sacatepéquez y Guatemala.
La fundación de la nueva ciudad se realizó el 22 de noviembre
de 1527, convirtiéndose el lugar en el asentamiento permanente
de la
primera capital del Reino de Guatemala.
Ese mismo día se mandó señalar sitio para un oratorio, lo que
se ejecutó en Cabildo del 20 de julio de 1530. El oratorio fue
llamado Iglesia de Santiago de Guatemala, siendo la primera
parroquia fundada en esa ciudad.
En esa época de evangelización, se necesitó de asociaciones
religiosas y de medios didácticos para que la población a
evangelizar asimilara el catolicismo, surgiendo con el
transcurso del tiempo, además de los oratorios, las capillas
abiertas, las iglesias, los altares de veneración, los
huertos, las velaciones, y los recorridos procesionales.
Con la introducción de las festividades religiosas y
celebraciones civiles que indicaban fiestas especiales de los
conquistadores, también se introdujeron los juegos
pirotécnicos, ya que era costumbre, por ejemplo, quemar
cohetillos durante las caminatas del Pendón Real (estandarte)
español; en
festejos y bienvenidas de autoridades de la monarquía
española; así como en las festividades en honor de los santos
patronos de las diferentes poblaciones de indígenas.
Entre los frailes misioneros que tuvieron a su cargo aquella
evangelización, se mencionan: Los frailes dominicos, que
predicaban contra la herejía del dogma religioso del
cristianismo; los frailes franciscanos, quienes vivían el
cristianismo en pobreza y ayuda a los más pobres y
desamparados; y los frailes mercedarios, que además de la
evangelización, intervenían en la redención de cautivos, es
decir en la liberación de indígenas cristianizados que por
estar retenidos por infieles, podrían sufrir de apostasía, o
sea, la retractación o renuncia a la Fe cristiana aceptada.
El fraile dominico luchador en Santiago de los Caballeros por
los derechos de los pueblos indígenas fue
Fray
Bartolomé de las Casas,
quien murió el 17 de julio de 1566.
Actualmente...
En el año 2011, la Procuraduría de los Derechos Humanos
de Guatemala, a instancias del Procurador Dr. Sergio
Fernando Morales, creó
la
Orden
Fray Bartolomé de las Casas,
para reconocer la vida y obra de quienes han trabajado a
favor de los derechos humanos; y al mismo tiempo, como
un reconocimiento y honor al fraile dominico que luchó
en favor de los pueblos indígenas en el tiempo de la
conquista de tierras americanas.
El 9 de agosto de 2011, la primera de aquella Orden fue
otorgada a Monseñor Rodolfo Cardenal Quezada Toruño -el
Obispo de la Paz- en reconocimiento a su ardua
incansable, paciente e incesante labor en la Comisión
Nacional de Reconciliación, por la paz en Guatemala.
Las
actividades más recordadas serán las que ejerció entre
1987 y 1993, cuando presidió la referida Comisión; y la
Conferencia Episcopal, de 1988 a 1992, al iniciarse las
conversaciones de paz, donde fue nombrado Conciliador
Oficial del Proceso de Paz.
Monseñor
Quezada Toruño ejerció el Arzobispado en la Catedral
Metropolitana hasta el 2010 ya que al cumplir 75 años de
edad presentó su renuncia, la que le fue aceptada por el
Papa Benedicto XVI.
El lunes 4 de junio de
2012, Monseñor Quezada Toruño falleció a la edad de 80
años. Después de honrar sus restos en velación fue
inhumado, a las 10 horas del día jueves 7 de junio del
mismo año, en la Capilla de Santiago Apóstol de la
Catedral Metropolitana.
Que Dios le conceda el descanso eterno.
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El 28 de julio de
1532, el Rey Carlos I concedió a la ciudad de Santiago de los
Caballeros un "Escudo de Armas".
Al
presente…
En la Sala de Heráldica del Museo de Santiago, en
La Antigua Guatemala, se resguarda parte de un
Escudo de Armas de Santiago, tallado en piedra.
En dicho Escudo, enmarcado en un ribete o reborde, se
representan tres volcanes, el del medio en
erupción, y sobre los mismos la imagen del Apóstol
Santiago montado a caballo, armado y blandiendo
una espada. En la parte superior se simboliza una
corona.
El contraste de esta fotografía fue incrementado
para apreciar un posible color en la piedra |
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En 1534, fue fundada la primera Catedral en la
ciudad de Santiago de los Caballeros, asentada en el
mencionado Valle de Almolonga.
El 7 de abril de 1537, y en sustitución del Padre
Juan Godínez, Capellán del Ejército, se nombró como primer
Obispo al Licenciado Francisco Marroquín, para la iglesia
parroquial de Santiago de Guatemala, en Catedral.
En 1540, la monarquía española promulgó la Real Cédula que
ordenaba que los pobladores asentados en pequeñas aldeas
dispersas en áreas consideradas rurales, debían ser reunidos y
establecidos en poblados que se habían fundado especialmente
para ellos.
En 1541, llegó a la ciudad la noticia de la muerte del
conquistador
Don
Pedro de Alvarado y Contreras, el 4 de julio del mismo año,
como consecuencia de una acción de la milicia española, en el
sur de México. Su esposa, Doña Beatriz de la Cueva, convertida
en viuda, lloró constantemente la muerte de su esposo; y por
la tristeza que evidenciaba se le llamó "La sin ventura". Al
poco tiempo, se le nombró Gobernadora de Guatemala, el 9 de
septiembre del referido año.
Como consecuencia de las intensas lluvias en la región,
acompañadas de fuertes vientos y relámpagos, el agua acumulada
en el cráter del Volcán de Agua se desbordó y originó una
inundación, entre el 10 y 11 de septiembre de 1541, que
destruyó y sepultó varias casas de la mencionada primera
capital del Reino de Guatemala, la ciudad de Santiago de los
Caballeros. Allí murió su gobernadora Doña Beatriz de la
Cueva.
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En este volcán aún puede apreciarse la ruta de
destrucción que originó el desbordamiento del agua
acumulada en su cráter,
en
1541.
Volcán de Agua, conocido también como Hunapúh.
Su altura es de 3,765 metros
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Escarmentados los moradores de esa ciudad, el Cabildo del
Ayuntamiento decidió alejarse del Valle de Almolonga y
construir una nueva ciudad más al noreste, en el Valle de
Panchoy.
Cuando dicha ciudad se abandonó y fue trasladada al Valle de
Panchoy, en 1542, la referida Catedral quedó bajo el cuidado
de la Orden de los Franciscanos, con la advocación de
La Inmaculada Concepción.
En la
actualidad…
A la ciudad que fue motivo de traslado en 1542, se le conoce
en nuestros días como
Ciudad Vieja.
No obstante los movimientos sísmicos ocurridos en diferentes
épocas, la referida Catedral luce majestuosa. Se aprecia
con un color blanco y cuenta con dos torres, que en su
parte superior corresponden a los campanarios.
La fachada de esa edificación muestra, en la nave central,
columnas finamente talladas con filigranas en estuco,
trece nichos con esculturas representando a padres de la
iglesia y a santos, así como a siete arcángeles. En la
hornacina central se encuentra una imagen que representa
a La Inmaculada Concepción; y en el nicho central, se
aprecia un recipiente conteniendo el Fuego Divino que
simboliza al Espíritu Santo.
En las torres de la mencionada Catedral se observan dos
placas que, en 1927, tanto la Municipalidad de Guatemala
como la Sociedad de Geografía e Historia instalaron para
conmemorar el cuatricentenario de la fundación de la
primera capital del Reino de Guatemala, el 22 de
noviembre de 1527, en el Valle de Almolonga.
A un costado de esa Catedral se encuentra el ingreso a la
Parroquia de La Inmaculada Concepción, en donde se
sitúa la Capilla de Adoración Perpetua.
Capilla de Adoración Perpetua |
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El patio interior de dicha Parroquia se encuentra jardinizado
y enmarcado en cuatro corredores laterales. En el
centro, se localiza una fuente de tipo colonial:
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La nueva ciudad, en el referido Valle de Panchoy, fue trazada
el 22 de noviembre de 1542, sin duda para hacer memoria, que
en el mismo día y mes, pero de 1527, se había delineado la
ciudad que se abandonó en el Valle de Almolonga.
La
Ermita de Santa Lucía fue la primera iglesia en el Valle de Panchoy.
Su construcción fue ordenada por el Obispo Francisco
Marroquín, en 1542, con el designio que los trabajadores que
edificaban la nueva ciudad tuvieran un lugar adonde asistir
para las celebraciones eucarísticas.
Ahora…
No obstante los acontecimientos sísmicos ocurridos en
diferentes épocas,
la Ermita de Santa Lucía se encuentra de pie y
luce totalmente remodelada y reacondicionada para
la celebración de oficios religiosos.
Esa edificación se localiza en Alameda Santa Lucía
y Calle del Espíritu Santo, esquina (al final de
la 7a. Calle Poniente).
Ermita de Santa Lucía |
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Al concluir la nueva edificación de la ciudad de Santiago de
los Caballeros, la misma se fundó el 10 de marzo de 1543,
siendo la segunda
capital del Reino de Guatemala. Ese mismo día, se trasladó a ella la Catedral provisional,
mientras se edificaba la formal. Concluida esta última, la
Ermita de Santa Lucía quedó al cuidado de clérigos hasta la
ruina de dicha ciudad.
El 10 de marzo de
1566, el Rey Felipe II concedió a la ciudad el honroso título
de "Muy Noble y Muy Leal", convirtiéndose en la tercera ciudad
más importante en tierras americanas, después de México y
Lima, Perú.
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Asimismo, la
ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala fue
una Capitanía General que se extendía desde el sur de
México (Chiapas) hasta Costa Rica.
La fachada de
dos niveles, con sus 54 arcos, del Palacio de los
Capitanes Generales evidencia lo que fue la Capitanía
General de Guatemala o Audiencia de los Confines.
En la
actualidad, esa fachada se encuentra totalmente
restaurada y reacondicionada.
Palacio de los Capitanes Generales |
Los oratorios construidos por los frailes evangelizadores
tuvieron un carácter provisional, ya que con el transcurso del
tiempo se construyó una plaza o atrio, que era una plazuela
rectangular frente a la iglesia principal de la población. En
el centro del atrio solía existir una cruz. Luego, se
edificaba la iglesia y con la ayuda de cordeles o cuerdas se
delimitaban los terrenos para la urbanización del poblado.
Alrededor de 1550, aunque no necesariamente en las esquinas de
aquellas plazuelas rectangulares, se inició la construcción de
pequeñas capillas abiertas como presbiterios, conocidas como
Capillas Posas,
surgidas
en el entorno cultural de la implantación de la religión
cristiana, y construidas, generalmente, con dos de sus lados
cerrados y los frontispicios principales, es decir con vista
hacia la plazuela, se edificaban en forma de arcos o
semicírculos apoyados en sus columnas. Entre los materiales
utilizados para la construcción de esas capillas, se
encontraban: ladrillos de barro cocido, piedras, argamasa,
techos de madera, tejas, cúpulas, revestimientos en estuco, y
ornamentaciones artísticas.
Normalmente, en las poblaciones se fundaban cuatro cofradías a
quienes se les encargaba el cuidado, ornamentación artística y
mantenimiento de dichas capillas. Entre los usos que pudieron
darse a esas capillas abiertas, los historiadores han
propuesto:
Que tuvieron una función didáctica, ya que además de
impartir la evangelización allí también se instruía
sobre diversos oficios y normas aplicadas en las tierras
americanas conquistadas. En todos los casos, los
pobladores se congregaban en la plaza o atrio en donde
estaban situadas dichas capillas. En cuanto a la
enseñanza de la doctrina cristiana, se dice que las
personas eran agrupaban por género y edad, es decir,
hombres, mujeres, niños y niñas; o,
Que se utilizaron para preparar altares temporales al
aire libre en donde se colocaban las imágenes de
veneración o para conmemorar o enaltecer la imagen del
santo patrón de la comunidad. Pero su función principal
correspondía a las procesiones del Santísimo Sacramento;
que salían de la iglesia y avanzaban por la plaza o
atrio en sentido opuesto a las manecillas del reloj,
deteniéndose en cada una de dichas capillas. Por lo que
el nombre de Capillas Posas pudo originarse del verbo
“posar”, aplicado a las pausas que se hacían en esos
recorridos procesionales. |
En 1590, llegó a la Capitanía General del Reino de Guatemala,
en la ciudad de Santiago de los Caballeros, una imagen de
Nuestra Señora, bajo la advocación de la Inmaculada
Concepción, obsequio del monarca español Carlos I y Emperador
V de Alemania. Esa imagen, también conocida como Virgen de los
Reyes, fue traída desde España por fray Antonio Tineo, y
destinada originalmente al Convento de San Francisco, en el
Valle de Almolonga, en lo que actualmente se conoce como
Ciudad Vieja.
Después del traslado de esa Capitanía General hacia el Valle
de Panchoy, el Ayuntamiento declaró, el 22 de septiembre de
1617, a esa advocación mariana como Patrona Tutelar de la
ciudad de Santiago de los Caballeros, en su nueva ubicación.
El 8 de noviembre del mismo año se autorizó la procesión anual
en honor de la misma advocación, cada 8 de diciembre.
Con el resguardo de dicha imagen en su capilla en el Templo de
San Francisco El Grande, ubicado en la referida ciudad, se
contribuyó a fomentar y fortalecer la Fe de los feligreses de
aquella época, originándose así una tradición que en la
actualidad constituye una veneración jubilosa a la Inmaculada
Concepción, el día antes indicado.
Es importante agregar que con motivo de la devastación de la ciudad de Santiago de
los Caballeros, originada por el terremoto ocurrido en
1773, el Cabildo del Ayuntamiento decidió
trasladar la capital a otra sede, el Valle de la Ermita
o de la Virgen, llamando a la nueva ciudad la
Nueva
Guatemala
de la Asunción, fundada provisionalmente
el 1 de enero de 1776 y, en definitiva, mediante orden
real del 23 de mayo del mismo año. En consecuencia,
esa imagen de la Virgen de los Reyes, la Inmaculada
Concepción, se trasladó al Templo de San Francisco, construido
por los frailes franciscanos, en la nueva metrópoli, o sea la
actual ciudad de Guatemala.
En la actualidad...
El 5
de diciembre de 1954, en el marco del primer centenario
de la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción
de la Virgen María, el Papa Pío XII concedió a la imagen
de la Virgen de los Reyes la Coronación Pontificia,
máximo honor que la iglesia otorga a las esculturas más
célebres, veneradas, insignes y queridas del pueblo
católico. Es conveniente recordar que en la Constitución
Ineffabiliis Deus, del 8 de diciembre de 1854, el Papa
Pío IX pronunció y definió ese dogma.
Durante varios siglos de Fe y amor, esa imagen ha
recibido especial veneración del pueblo de Guatemala
cada 8 de diciembre, día muy especial en el que los
fieles devotos y creyentes acuden en gran número al
encuentro del tradicional “Rezado
a la Inmaculada Concepción”
y recorrido procesional por diversas calles de la ciudad
capital de Guatemala. El anda procesional fue donada por
el Rey de España a Guatemala.
El 3 de agosto de 2005, el presidente de la República,
en ese entonces, señor Oscar Rafael Berger Perdomo,
impone la
Orden del Quetzal en grado de Gran Cruz,
a dicha imagen, en acto celebrado en el salón del
recepciones del Palacio Nacional de la Cultura, como
homenaje a la benemérita labor de los frailes
franciscanos, a cuya orden religiosa pertenece esta
advocación mariana y quienes iniciaron la devoción
religiosa que se ha mencionado.
El 5 de diciembre de 2012, El Ministerio de Cultura y
Deportes de la República de Guatemala emitió el
respectivo Acuerdo mediante el cual declara al Rezado a
la Inmaculada Concepción, del Templo Histórico de San
Francisco en la ciudad capital, como
Patrimonio Cultural
Intangible de la Nación,
al considerar que dicho Rezado representa una
manifestación cultural de carácter religioso que
constituye y fortalece la identidad guatemalteca.
Cuatricentenaria, pontificia y condecorada imagen
de la Virgen de los Reyes, La Inmaculada
Concepción, que actualmente se venera en el Templo
Histórico de San Francisco, en la ciudad de
Guatemala, ubicado en la 6a. Avenida y 13 Calle
Zona 1. |
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A mediados del siglo XVI, y por encargo del fraile dominico
Lope de Montoya, tres escultores de la ciudad de Santiago de
los Caballeros tuvieron el acierto, las calidades artísticas y
el honroso encargo de realizar, en plata pura, la imagen de
Nuestra Señora del Rosario. Los tres maestros, discípulos del
platero sevillano Andrés Revolledo, burilaron esa imagen
basándose en la que tenía la Cofradía del Rosario y que era
conocida como Nuestra Señora de la Antigua, ataviada con un
traje en forma de campana. La imagen fue bendecida en 1592 y
ubicada en el Templo de Santo Domingo, lo cual fortaleció y
fomentó aún más el fervor de la feligresía para el rezo del
Santo Rosario.
En esa imagen se logró representar la maternidad de María,
con su mirada hacia abajo en gesto de misericordia y
gracia, con una ternura que cautiva. Lleva en el brazo
izquierdo al Divino Niño, como dormido, en una posición
natural; y en la mano derecha, un cetro, que la representa
como reina del cielo y de la tierra. Esa efigie quedó
bajo el cuidado y protección de la misma Cofradía del Rosario,
fundada el 1 de noviembre de 1559, que fue la primera cofradía
erigida en Centroamérica con esa advocación mariana.
Según quedó indicado, con motivo de la devastación de la ciudad de Santiago de
los Caballeros, el Cabildo del Ayuntamiento decidió
trasladar la capital a otra sede, el Valle de la Ermita
o de la Virgen, llamando a la nueva ciudad la
Nueva
Guatemala
de la Asunción. Consecuentemente, la imagen de Nuestra
Señora del Rosario se trasladó a una iglesia provisional que
los frailes dominicos tenían preparada en la nueva metrópoli.
Actualmente…
El 16 de octubre de 1931, el Papa Pío XI emitió el
Decreto para la Coronación Pontificia de esa imagen de
la Virgen del Rosario. El 28 de enero de 1934, se coronó solemnemente a dicha imagen
como
Reina y
Patrona de Guatemala.
En 1969, al considerar la arraigada devoción del pueblo
guatemalteco hacia el rezo del Santo Rosario, el Papa
Paulo VI concedió al Templo de Santo Domingo la
categoría y dignidad de Basílica Menor de Nuestra Señora
del Rosario; lo que se concretó el 27 de septiembre de
1970.
El 4 de octubre de 1992, el entonces Alcalde de la
ciudad capital, Oscar Rafael Berger Perdomo, en
conmemoración del IV centenario de la veneración de la
imagen de Nuestra Señora del Rosario, la declaró
Alcaldesa Perpetua de la ciudad capital.
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Fuente:
Revista formativa "Patrona de Guatemala"
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Cuatricentenaria, pontificia y condecorada imagen
de Nuestra Señora del Rosario, venerada en el Templo de
Santo Domingo,
Basílica Menor de Nuestra Señora del Rosario,
en la ciudad de Guatemala, ubicado en la 12a.
Avenida y 10a. Calle Zona 1.
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En 1583, los frailes de la
Orden de Nuestra Señora de la Merced concluyeron la
edificación de su iglesia, que habían iniciado en 1546.
A esta Orden se le refería como mendicante, ya que además de
la evangelización, mantenía entre sus reglas como
imprescindible objetivo dar y pedir limosna para la labor
liberadora de los cautivos, es decir,
en la liberación de indígenas cristianizados que por estar
retenidos por infieles, podrían
renunciar a la Fe cristiana que habían aceptado.
El 24 de mayo de 1583, se constituyó la Cofradía de Nuestra
Señora de la Merced, que ha rendido reverentes
cultos a una de las imágenes que mayor aclamación ha tenido la
nueva ciudad: Nuestra Señora de la Merced.
La construcción de su convento, iniciado también en 1546, fue
concluido hasta en 1623, convirtiéndose en el
primer monasterio para religiosos.
Con motivo de los
sismos y terremotos ocurridos en diferentes épocas, los
frailes construyeron otra iglesia, la que fue inaugurada en
1767, siendo la que se conoce en la actualidad.
En el
presente…
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La
Iglesia se encuentra reconstruida y es muy visitada por los
feligreses para venerar a la imagen de
Nuestra Señora de la Merced, Patrona de la Ciudad de La
Antigua Guatemala,
y a la imagen de Jesús Nazareno.
Imagen de Nuestra Señora de la Merced
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El 3 de abril de 2004, el Consejo Municipal de La Antigua
Guatemala proclamó a Jesús
Nazareno de la Merced como Protector e Intercesor de los
Antigüeños.
Imagen de
Jesús Nazareno de la Merced
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El Convento de la Merced se encuentra en ruinas, las que
pueden visitarse y contemplar, en lo que fue el claustro
principal, cuatro corredores con columnas arqueadas que
enmarcan una fuente con diseño octagonal, considerada
como la de mayor tamaño en Hispanoamérica.
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En 1598, nació Juana de Maldonado y Paz hija del
Oidor de la Audiencia Juan de Maldonado y Paz, y de Concepción
de Quintanilla. Desde temprana edad esa joven fue muy acosada,
ya que su belleza, talento y privilegiada posición social
fueron el centro de envidias, intrigas y escándalo en la
ciudad.
Fue la primera poetisa colonial y escritura de
Guatemala y América Central, en el siglo XVII. Ingresó al
Convento de La Limpia e Inmaculada Concepción como Sor Juana
de Maldonado y Paz, habiendo realizado, el 27 de diciembre de
1619, su Voto de profesión como Sor Juana de la Concepción.
Debido a su holgada posición económica, la familia de la
religiosa sufragó los gastos incurridos en la edificación de
apartamentos privados para que, formando parte del mismo
Convento, Sor Juana pudiera vivir con lujos y privilegios de
la época, y así dedicarse a sus actividades literarias. Esa
célebre monja murió en 1666.
La mencionada edificación es conocida popularmente como el
Convento de Sor Juana de Maldonado.
En nuestros
días…
En Julio de 2007,
gracias a la colaboración y donativo del Gobierno de
China Taiwán, y la ejecución por parte del Consejo
Nacional para la Protección de La Antigua Guatemala, se
inició el Proyecto de Restauración del Convento de Sor
Juana de Maldonado, que tiene como objetivos
principales, los siguientes:
La Conservación, restauración y reutilización del
Convento.
El nuevo uso del monumento será como
Museo de las
Tradiciones de Semana Santa,
en el que la comunidad puede disponer de un espacio que
represente la rica tradición cultural del sincretismo
durante la Cuaresma (patrimonio tangible e intangible)
en Guatemala.
(La
Real Academia Española define al sincretismo como "un
sistema filosófico que trata de conciliar doctrinas
diferentes").
En este caso, se trata de la unión de la cultura
española con las creencias indígenas.
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Museo de las Tradiciones de Semana Santa
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Este Museo consiste en dos áreas de exposición: La
primera, es el Convento desde una perspectiva de los
hallazgos históricos y arqueológicos, y la arquitectura,
con una lectura clara e instructiva para el visitante; y
la segunda, es donde se desarrolla la exposición del
Museo relacionada con las tradiciones de la Semana Santa
(Sala de Exhibición, Sala de Conferencias, talleres
interactivos, etc.)
Se tiene la
intención de mostrar al visitante un recorrido histórico
a través de la tradición y, a su vez, generar
actividades en las cuales la comunidad puede participar
o involucrarse. Se espera que el visitante pueda
apreciar las tradiciones de Semana Santa a través de sus
sentidos (elaboración de alfombras, degustación de
platillos típicos, hechura de trajes, incienso, música e
iluminación a través de los medios audiovisuales, etc.)
Se pretende compenetrar al visitante en las actividades
relacionadas con la Semana Santa (procesos en las andas
procesionales, elaboración de prendas, aserrín teñido,
moldes para elaborar alfombras, artesanías de la época,
etc.)
Este Museo, que pronto abrirá sus puertas a los
visitantes, se localiza en la 4ª. Calle 45“A” (Calle de
salida de La Antigua Guatemala hacia la ciudad capital),
a un costado de las ruinas del Convento de La Inmaculada
Concepción. |
En 1613, fue fundado el Convento de Santa Catalina Mártir. En
esa época, las religiosas del Convento de La Limpia e
Inmaculada Concepción, consideraron conveniente fundar una
nueva institución, en virtud que ya existía gran número de
religiosas que habían tomado el hábito de su convento, y otras
que pretendían vestirlo. Para el efecto, cuatro religiosas de
ese convento concepcionista fueron seleccionadas, por ser las
más sobresalientes y por tener relación con las primeras
familias de Guatemala, para la fundación del
Convento de Santa Catalina Mártir,
siendo el segundo recinto para monjas en la ciudad.
Pasado el tiempo, ellas adquirieron una propiedad al otro lado
del mismo convento, pero existiendo una calle de por medio.
Allí construyeron una iglesia, que fue inaugurada el 15 de
septiembre de 1647. En vista que era una regla de ese Convento
un singular espíritu de retiro y encerramiento, es decir de
clausura, mediante el cual se impedía a las monjas y novicias
salir a la calle, incluso ser vistas por la población común,
en 1693 solicitaron al Ayuntamiento permiso para cerrar la
calle y poder trasladarse libremente a su nueva propiedad. La
autorización les fue negada, pero se les autorizó la
construcción de un puente arqueado para no dificultar el
acceso de los feligreses a la Iglesia de Nuestra Señora de las
Mercedes, localizada al final de esa misma calle. El 21 de
agosto del mismo año, las religiosas iniciaron la construcción
del mencionado puente arqueado, con un corredor cerrado que
les permitía trasladarse al coro de la iglesia desde sus
celdas o habitaciones sin ser vistas, cumpliendo así aquella
regla de clausura. Dicha construcción se concluyó en 1694.
Al presente...
No obstante los movimientos sísmicos acontecidos en
diferentes épocas, las gruesas columnas con las que se
construyó ese puente arqueado quedaron de pie.
Actualmente, luce una cúpula con un reloj, que le fue
adicionado en época reciente, y se le conoce como el
Arco de Santa Catalina. |
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Se localiza en la Calle del Arco, una de las más
concurridas en la ciudad colonial, ya que es un lugar de
paseos peatonales donde se realizan diferentes
actividades culturales y festividades; y también, es uno
de los lugares más reconocidos y admirados en La Antigua
Guatemala.
Arco
de Santa Catalina, visto hacia el norte. Al fondo, se
observa la Iglesia de la Merced |
El
18 de febrero de 1651,
Pedro de Betancur, (Santo Hermano Pedro de San José Betancur),
con el deseo de llevar el evangelio al "nuevo mundo",
arribó a la ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala,
proveniente de Vilaflor, Tenerife, Islas Canarias, España. En
el momento en que Pedro vio esta ciudad desde los altos de
Petapa, sobre el Valle de Panchoy, había exclamado
"Aquí he de vivir y morir".
Inicialmente trabajó como tejedor en un obraje de paños y
sayales, cerca de la ciudad. Construyó un oratorio y en su
tiempo libre se dedicaba a la enseñanza de la doctrina
cristiana y primeras letras a niños y adultos analfabetas, así
como a la atención de enfermos pobres. Recurrió a la
mendicidad y a la caridad pública para alimentar a pobres y
desamparados. Se dedicó a trabajar como ayudante de albañil en
la construcción de la Ermita del Santo Calvario, y como
sacristán de la misma.
El 8 de
diciembre de 1654, sucedió un hecho histórico verificado en el
Templo de San Francisco el Grande, en la ciudad de Santiago de
los Caballeros: Con gran recogimiento espiritual, el Hermano
Pedro hizo un juramento de fidelidad a La Inmaculada
Concepción, juramento que sellaba cada año, firmándolo con su
sangre. En 1655, le fueron otorgados los hábitos interior y
exterior de la Tercera Orden de Penitencia de San Francisco,
ya que el Hermano Pedro quiso vivir el espíritu de esa
fraternidad siendo Terciario franciscano o sea, viviendo como
seglar, sin entrar en un convento.
El 19 de marzo de 1657, al cumplir 31 años de edad, sembró un
árbol de Esquisúchil en el jardín de dicha Ermita.
En 1664, inició la obra y construcción del Hospital de Nuestra
Señora de Belén, para la atención de convalecientes,
edificación que se concluyó en 1665.
En este último año, obtuvo permiso del señor Obispo para
cambiar su apellido, como lo hacían los religiosos, y llamarse
en adelante Pedro de San José Betancur. Además de sus
ejercicios espirituales y obras de caridad, también realizaba
constantes ejercicios de mortificación corporal.
Al final de su vida instituyó, con sus compañeros religiosos,
la Orden Bethlemita, la primera orden hospitalaria en América
latina. También, dictó su testamento
en el que pidió de caridad que se le entierre en la Iglesia
del Señor de San Francisco El Grande, en el lugar de la
sepultura de los Hermanos Terciarios. Murió el 25 de abril de
1667.
En nuestros
días…
El Hermano Pedro de San José Betancur fue beatificado el
22 de junio de 1980, y canonizado el 31 de julio de
2002, por el Papa Juan Pablo II.
Los santos restos del Hermano Pedro descansan en
un sepulcro especial construido en una capilla del
Templo de San Francisco.
El
camino de este sencillo y humilde varón fue el de
un migrante, pues proveniente de Vilaflor, su
bella tierra natal, llegó a tierras americanas
buscando el proyecto de su vida, encontrándolo en
Guatemala...
¡y aquí
se ha quedado con nosotros para siempre! |
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No
obstante que el mencionado
árbol de Esquisúchil fue sembrado hace 374 años,
ha subsistido con
el transcurso del tiempo, manteniéndose frondoso y
floreciendo abundantemente tres veces en el año.
Debido a su antigüedad, es el único ejemplar del
que brotan flores dobles y rizadas; y se le conoce
como el...
Árbol del Hermano Pedro |
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El Hospital e Iglesia de Nuestra Señora de Belén
sufrieron daños considerables por la ruina de la ciudad en
1773. En la actualidad, este Hospital está en ruinas. La
Iglesia y Convento se han reconstruido, y son las Hermanas
Bethlemitas las que actualmente se encuentran a cargo de la
administración. Al lugar se le conoce como Posada Belén y es
utilizada para retiros espirituales.
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El 31 de
enero de 1676, el monarca español Carlos II concedió autorización para
fundar universidad en la ciudad de Santiago de los Caballeros.
El 6 de junio de 1680, su Majestad instruyó hacer los
Estatutos correspondientes para el buen funcionamiento de la
nueva entidad, a la que se nombró Universidad de San Carlos de
Guatemala. Entre las primeras cátedras que se impartieron
estaban: Cánones, Leyes, Filosofía, Teología, Medicina y
Cirugía. El 18 de junio de 1687, el Papa Inocencio XI confirmó
la fundación de dicha universidad, dándole facultad de
conferir grados en todas las ciencias, y le concede todos los
privilegios que gozan las universidades de México y de Lima,
Perú. Asimismo, le confiere el título de Real y Pontifica
Universidad de San Carlos de Guatemala.
En la
actualidad…
En esta edificación se encuentra instalado el Museo de
Arte Colonial, en donde se exhiben importantes muestras
de pintura y escultura de la época colonial. |
En 1680,
fue inaugurada la edificación de la segunda Catedral, cuya
construcción se había iniciado en 1669. Esa edificación
sustituyó a la de la primera Catedral, iniciada en 1545, pero
que fue demolida en 1668.
Con la introducción de las festividades religiosas y
celebraciones civiles que indicaban fiestas especiales de los
conquistadores, también se introdujeron los juegos
pirotécnicos, ya que era costumbre, por ejemplo, quemar
cohetillos durante las caminatas del Pendón Real (estandarte)
español; en
festejos y bienvenidas de autoridades de la monarquía
española; así como en las festividades en honor de sus santos
patronos. Se dice que en el referido año 1680, al quedar
inaugurada esta Catedral, hubo repique de campanas y quema de
juegos pirotécnicos durante siete días.
En el altar para oficiar misa, en Catedral, se colocó una
pequeña efigie de
Nuestra Señora del Socorro
que llevó el capitán español Francisco de Garay. A esa
advocación, los conquistadores españoles y los parroquianos
del lugar le tenían mucha veneración y se oficiaba misa todos
los sábados, a las que asistían los vecinos aún más que a las
fiestas de mayor solemnidad. Sin embargo, habiendo estado esa
imagen en gran veneración, con el tiempo se fue enfriando la
devoción de los creyentes hasta llegar a perder su memoria.
Pero quiso el Eterno despertar su recuerdo con un prodigio. Al
observar el párroco de dicha Iglesia que de ciertas maderas
que se tenían guardadas y apiladas en uno de sus ángulos se
levantaba un resplandor o vapor como de fuego, se mandó
a revisar aquel maderaje en el que se encontró, no sin gran
admiración, aquella imagen olvidada. Esto encendió de nuevo y
aumentó, de gran manera, la devoción y el afecto de los fieles
a la efigie dedicada a la Sagrada Señora, que con el tiempo se
trasladó a una capilla de la misma Catedral.
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Actualmente…
A esta edificación, reconstruida parcialmente, se le
conoce como Parroquia de San José Catedral.
En una lápida, ubicada en las ruinas del antiguo Altar Mayor
de esta Catedral, se
indica que en la bóveda (catacumbas) se dio sepultura a
ilustres personajes de la conquista y fundación de Guatemala,
entre ellos: El primer Obispo Francisco Marroquín; el
conquistador Don Pedro de Alvarado y su esposa Doña Beatriz de
la Cueva. |
En 1686,
afligió a la ciudad de Santiago de los Caballeros una peste
tan cruel y violenta que en tres meses ya se contaban muertos
más de la décima parte de sus vecinos. A unos les quitaba la
vida repentinamente, otros expiraban entre agudísimos dolores
de cabeza, pecho y entrañas; sin que se pudiese encontrar el
remedio, no obstante haberse hecho anatomías y otras
diligencias. Eran tantos los contagiados que no alcanzaban los
Sacerdotes que había en la ciudad para asistirlos; ya no se
doblaban las campanas por los difuntos, ni se hacían entierros
en particular, sino comunes.
Afligidos
sobre manera los moradores de la ciudad, con tan terrible
epidemia, determinaron hacer una rogación a la Madre de
Misericordia, para cuyo efecto trajeron la devota
imagen de Nuestra Señora de La Inmaculada Concepción,
venerada por el pueblo de Almolonga (actualmente
Ciudad
Vieja)
a la Ermita del Santo Calvario, el día 7 de diciembre. Se hizo
la rogación por tres días, con inmensa concurrencia; y al
tercer día, a eso de las dos de la tarde, se observó por largo
rato que el rostro de la santa imagen sudaba, de cuyo prodigio
dieron fe dos Escribanos que estaban presentes. Por la tarde,
la sagrada efigie se regresó a la población de Almolonga, en
solemnísima procesión, y desde este día cesó la peste, no
enfermando ninguno de nuevo y sanando los que estaban
enfermos.
En los inicios de los años 1700,
las capillas abiertas o
Capillas Posas
ya no cumplían la función por la que fueron edificadas pues
los cultos religiosos se celebraban con más frecuencia en las
iglesias; es decir, en espacios cerrados tal como lo deseaban
los frailes misioneros. En consecuencia, en la mayoría de los
casos esas capillas fueron destruidas porque ya no se
utilizaban o bien por movimientos sísmicos y terremotos, por
lo que su utilización quedó a cargo de las cofradías.
Al
presente…
En algunas comunidades pertenecientes a La Antigua
Guatemala, aún pueden apreciarse vestigios de esas
capillas abiertas.
En el atrio del ingreso a la Ermita
del Santo Calvario, se observan dos pequeñas capillas
(izquierda y derecha), en
las que el ahora Santo Hermano Pedro tenía la costumbre de
utilizarlas como altares abiertos y colocarles imágenes
que eran veneradas por los feligreses.
Capilla Posa
(derecha)
en la
Ermita del Santo
Calvario
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También, en las Aldeas de San Pedro Las Huertas, y de
San Juan El Obispo, se pueden observar algunas de esas
capillas que se han reconstruido tratando de recuperar
el diseño original de las mismas, ya que son
construcciones que constituyen la única evidencia del
inicio de la cristianización de los pueblos indígenas en
las tierras conquistadas. |
La imagen de
Nuestra Señora del
Socorro
ha sido también el auxilio de los fieles en las calamidades
públicas, tal como quedó evidenciado en los libros del Cabildo
del Noble Ayuntamiento de la ciudad. Consta en el Cabildo
Extraordinario, del 1 de febrero de 1705, que habiendo
enfurecido el volcán que se halla inmediato a esta capital,
que desde la una de la mañana, no cesando de aterrorizar al
vecindario, con horribles estruendos y amenazas de sepultar la
ciudad con una copiosa explosión de cenizas y arenas, en tal
abundancia que ocultando los rayos del sol, se había cubierto
la ciudad de espantosas tinieblas, se trató en ese Cabildo de
solicitar se hiciese, la misma tarde de aquel día, una
procesión de rogación en la que se sacasen las imágenes del
Señor Crucificado y de Nuestra Señora del Socorro, que se
veneran en la Iglesia Catedral, y que en los días siguientes
se celebrase un novenario de misas y sermones para, de esta
manera, apaciguar las justas iras del cielo.
Testifica el Escribano de Cabildo que, al tiempo de celebrar
ese congreso, que eran más de las diez del día y estaba la luz
del sol tan opaca que, para escribir lo resuelto en él, fue
necesario sacar la mesa a la puerta de la sala; pero que desde
la hora que se determinó la rogación, se fue aclarando el
horizonte, no quedando más que unas nubes negras sobre el
volcán, las cuales, luego que las sagradas imágenes salieran
de la Iglesia, se fueron disipando hasta quedar el cielo
enteramente limpio. Reconocido el Noble Ayuntamiento a tan
señalado beneficio, en Cabildo celebrado el día 6 del mismo
mes y año, antes citado, se determinó que el último día del
novenario se jure por la ciudad la asistencia a la festividad
de Nuestra Señora, y que se cierre el referido novenario con
otra procesión general. Para el año 1720, la efigie de la
advocación de Nuestra Señora del Socorro, se hallaba colocada
en el altar mayor de Catedral, trasladándose el 22 de octubre
del mismo año a una Capilla dedicada a la misma Sagrada
Señora.
Cofradías
Entre las
cofradías fundadas en la ciudad de Santiago de los Caballeros,
se mencionan las siguientes:
En 1552, se
trasladó a la Iglesia de San Francisco la
Cofradía de la Santa Vera-Cruz,
que se
había fundado en el Valle de Almolonga. Para el desarrollo de
sus funciones, se otorgó a esa confraternidad una capilla y
una sala para sus juntas. A esta cofradía se le concedieron
muchas indulgencias por parte del Papa urbano VIII, el 10 de
noviembre de 1637.
El 1 de noviembre de 1559, el Obispo Francisco Marroquín,
fundó la
Cofradía
del Rosario. Esa Cofradía fue la primera, con
esa advocación mariana, fundada en Centroamérica. El mismo
día, el Obispo subió al púlpito en Catedral y exhortó al
pueblo a la devoción del Santísimo Rosario; estableciendo
dicha Cofradía en el Templo y Convento de Santo Domingo. Se
acordó, también, hacer todos los años una procesión desde
Catedral hasta el mencionado Templo, el día de la Anunciación.
Escogieron ese día por celebrarse en el primer misterio gozoso
del Rosario, y no estar instituida aún la festividad del
Rosario. La devoción a la Virgen del Rosario trascendió,
entonces, desde la capital a toda la República.
El 24 de mayo de 1583, se constituyó la
Cofradía de Nuestra Señora de la Merced Esta
Cofradía ha rendido reverentes cultos a una de las imágenes
que mayor aclamación ha tenido en la nueva ciudad: Nuestra
Señora de la Merced. Ante esa efigie, los feligreses han
presentado sus votos y súplicas a la Soberana Reina del Cielo
y de la Tierra; y muchas veces, el Ayuntamiento de la misma
ciudad le hizo novenario de rogación con motivo de algunas
calamidades que han afligido a la capital del Reino de
Guatemala.
Habiéndose
fundado en 1585 la Archicofradía del Cordón, en la ciudad de
Asís, el Papa Sixto V dio a los prelados Generales de la Orden
de San Francisco la potestad para fundar esa Archicofradía en
otras partes. Éstos también facultaron a los Prelados locales
de la ciudad de Santiago de los Caballeros para constituir, en
1590, la
Archicofradía del Cordón,
en la Iglesia de San Francisco. Sin embargo, al haberse establecido la
Tercera Orden de Penitencia de San Francisco, el 30 de
noviembre de 1613, cesó la referida Archicofradía.
El 3 de
septiembre de 1634, en el altar de Santa Teresa de Catedral,
fue fundada la
Cofradía
del Santo Escapulario de Nuestra Señora del Carmen,
una de las más célebres que hay en la iglesia católica. En
virtud que a esta Cofradía se le otorgó facultad para otorgar
escapularios a los feligreses, sus constituciones fueron
incrementadas y aprobadas, el 20 de noviembre del mismo año,
para el buen desempeño de sus funciones.
El 18 de
enero de 1669, en Catedral, fue fundada la
Archicofradía del Santísimo Sacramento. Esta
fundación se realizó con la solemnidad de ninguna otra, pues
al constituirse se declaró unida y agregada a la Archicofradía
del Santísimo Sacramento de Santa María de la Minerva de Roma,
conforme a la constitución general que el Papa Paulo III había
establecido el 30 de noviembre de 1539. A esta ilustre
confraternidad debe la ciudad de Guatemala el inestimable
beneficio del Jubileo Circular, que a solicitud de sus
Cófrades se le concedió en 1733, y cuya gracia comenzó a gozar
la misma ciudad el día de la festividad del Cuerpo de Cristo,
el 24 de junio de 1734.
El 8 de mayo
de 1741, en Catedral, se constituyó la
Cofradía de Nuestra Señora del Socorro. Con el
objetivo que más personas se unieran a esa confraternidad, sus
constituciones fueron renovadas y confirmadas el 14 de febrero
de 1765, declarándola Cofradía Primaria, dando facultad a sus
Cófrades para que puedan agregar a ella otras cofradías en
toda la Diócesis de Guatemala.
Conventos
Entre los
conventos fundados por los frailes evangelizadores, en la
ciudad de Santiago de los Caballeros, se mencionan las
siguientes:
El Convento de la
Orden de Predicadores o Dominicos, que fue el
primero que se edificó en la ciudad y se construyó
inicialmente con cañas cubiertas con barro y techo de heno. En
1544 se inició la construcción de un monumental convento con
varios claustros, huertas extensas y una chácara con adobes y
baldosas. Cuatro fueron los solares otorgados a la orden
dominica, y en la parte alta de la ciudad, recibieron el sitio
más extenso. Santo Domingo fue el primer Templo monástico,
para 1553. Se distinguía su fachada con dos torres, en una el
primer reloj público de Guatemala, y en la otra el campanario.
El Templo, que llegó a ser suntuoso y tardó en concluirse,
tenía diseño de cruz latina; poseía una nave central, dos
laterales y varias capillas pequeñas con retablos.
El segundo
convento fue el de los religiosos de la
Orden de San Francisco.
No obstante
que los frailes de esa orden estuvieron en la ciudad alrededor
de 1529, la fundación de su convento se realizó hasta el 11 de
noviembre de 1540, pero al trasladarse la nueva ciudad en el
Valle de Panchoy, en 1542, se les asignó un nuevo sitio para
la fundación del convento, fundado en 1574, con advocación de
San Francisco. Ese convento fue casa de estudios desde 1575,
ya que en él había tres cátedras de Teología, una de Cánones y
otra de Filosofía; además, tenía un colegio nombrado de San
Buenaventura. Los frailes franciscanos fueron los que tuvieron
a su cargo la mayor parte de la evangelización de los pueblos
indígenas.
El tercer
convento fue el de la
Orden de Nuestra
Señora de la Merced. Aunque
desde el inicio de la conquista de tierras americanas vinieron
religiosos de esa orden a la ciudad de Santiago de los
Caballeros para realizar actividades relacionadas con la
redención de cautivos, no tuvieron convento alguno, sino hasta
1537. Según Cabildos del Ayuntamiento de fechas 18 de mayo y
29 de junio de ese año, solicitaron sitio para edificar un
Convento. El 10 de noviembre de 1539, solicitaron un nuevo
sitio, pero con motivo del traslado a la nueva ciudad, en
1542, se les concedió un lugar donde edificaron su convento
hasta el año 1546, concluido en 1623. A esta Orden se le
refería como mendicante, ya que mantenía entre sus reglas como
imprescindible objetivo dar y pedir limosna para la labor
liberadora de los cautivos.
Gremios Artesanales
El hecho que, durante su permanencia en la ciudad de Santiago
de los Caballeros, los artesanos españoles vieran con
menosprecio sus oficios -quizás con excepción de la
orfebrería-, facilitó que los indígenas y esclavos negros
aprendieran tales trabajos, instruidos por maestros y
oficiales quienes, en gran parte, pertenecían a las castas
-familias españolas-. La mayoría de los oficios se organizaron
gremialmente en los siglos XVII y XVIII, no obstante que,
desde 1530, el Ayuntamiento ya había autorizado ordenanzas
para los gremios de herreros y sastres.
Para llegar a ser maestro en un oficio había que pasar por un
proceso previo de “aprendizaje” y “oficialía”. Los aprendices
eran comúnmente jóvenes que adquirían los conocimientos y
destrezas del oficio bajo la tutela de un maestro. Concluido
el aprendizaje, se sometía al aspirante a un examen de
aptitud, que si era ganado le permitía pasar al grado de
“oficial”, lo cual le daba derecho a recibir salario por su
trabajo. El nivel de mayor categoría dentro de un gremio lo
ocupaban los “maestros”, quienes después de haber aprobado el
examen ante un tribunal competente, obtenía del Ayuntamiento
un título que los autorizaba a tener taller propio y les daba
derecho a ejercer en su gremio los cargos de Alcalde y Veedor,
así como los de Mayordomo de la Cofradía y Maestro Mayor.
El trabajo artesanal imprimió un sello particular al modo de
vida de los vecinos de Santiago de los Caballeros. El horario
de trabajo en los diferentes oficios incidía en la vida
familiar y también en las actividades comerciales, políticas y
religiosas. De ahí, por ejemplo, la costumbre de los
albañiles, peones y carpinteros, cuya jornada laboral era
controlada por el toque de campanas del Ayuntamiento,
suspendían el trabajo al mediodía sin importar el lugar donde
estuvieran y la fase de la obra.
Los gremios influyeron a la vez en las manifestaciones
religiosas, ya que trataban de sobresalir en las procesiones
mediante el trabajo en vistosas andas y vestimentas, con el
objetivo de alcanzar una mayor jerarquía social para sus
miembros. Al introducirse el mueble español en la zona, su
fabricación fue adquiriendo características propias al
contacto con las civilizaciones indígenas, hasta producir un
tipo conocido como mueble colonial. La arquitectura de estilo
Barroco tuvo su auge a partir de 1717 y permaneció hasta
la ruina de la ciudad, en 1773.
La orfebrería fue uno de los oficios que sí requirió la
técnica necesaria para hacer objetos artísticos en oro, plata
y otros materiales preciosos; y cuya autenticidad se
distinguía por los siguientes elementos:
Una marca o punzón propio del artífice.
Una Corona para indicar que el metal había pagado
el impuesto para el Rey.
Y la marca de la ciudad, que en el caso de Santiago de
los Caballeros eran tres volcanes con la imagen del
Apóstol Santiago a caballo en la parte superior, bajo
una corona. |
La mayoría de los objetos fabricados por orfebres coloniales
estuvo destinada al culto sagrado. Los que se empleaban para
depositar la Eucaristía, como copones, cálices, tabernáculos y
custodias, eran los de mejor expresión artística y riqueza en
piedras preciosas.
Los Santos Patronos de los Gremios Artesanales, son los
siguientes:
San Lucas,
de los pintores;
Santa Cecilia,
de los músicos;
San Juan Evangelista,
de los impresores;
San Crispín,
de los zapateros;
San José,
de los carpinteros;
San Eloy,
de los herreros;
San Martín,
de los sastres;
De la
Santa Cruz,
de los albañiles;
San Isidro Labrador,
de los agricultores;
San Demetrio,
de los plateros;
San Benito,
de los cocineros;
De la
Virgen Hilando,
de las costureras;
San Lorenzo,
de los tejedores;
San Cristóbal,
de los conductores;
San Diego,
de los panaderos;
San Agustín,
de los curtidores de pieles;
Santa Bárbara,
de los coheteros; y,
San Jeremías,
de los loceros.
En nuestros
días…
Indudablemente, las técnicas y los procedimientos en la
elaboración de las diferentes artesanías se han
transmitido de generación en generación. Ello ha
permitido que hábiles artesanos guatemaltecos al
disponer de esas nociones y de su creatividad,
originalidad y elaboración calificada, preparen diversas
artesanías utilizando
textiles, telas típicas, madera, metal, finas piedras
como el jade, cerámica, cuero, vidrio y otras;
situación que hace considerar a Guatemala como una
importante propuesta de producción y diversidad
artesanal, de gran valor cultural y tradicional. Así,
pueden observarse, por ejemplo y entre otras, las
siguientes...
Artesanías en tejidos, cuero y piel, cerámica y madera
|
Ruina
de la ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala
Varias fueron
las calamidades sufridas por los moradores de esa ciudad:
lluvias torrenciales e inundaciones; lluvia de arena, ceniza y
piedras incandescentes como consecuencia de erupciones volcánicas; epidemias,
pestes, temblores; y terremotos, especialmente ocurridos en
los años 1651, 1689, 1717 y 1751.
Pero la época
más triste sucedió en 1773, cuando en el día 29 de julio un
fuerte terremoto destruyó y asoló esa ciudad. El
estremecimiento de la tierra fue tal que la duración y
variedad de movimientos no fue fácil referir aún por los que
fueron testigos de esa tragedia, pues la turbación y angustia
no daba lugar a reflexiones. Los temblores continuaron por
algunos días con mucha frecuencia. El 7 de septiembre y el 13
de diciembre, del mismo año, ocurrieron temblores que
ocasionaron muchos estragos, incluso derribando edificaciones
que habían quedado arruinadas desde el día de aquel fuerte
terremoto.
Con motivo de la devastación de la ciudad de Santiago de los
Caballeros, el Cabildo del Ayuntamiento decidió trasladar la
Capital del Reino a otra sede,
por lo que en
virtud de Cédula Real del 21 de julio de 1775, se eligió el
Valle de la Ermita o de la Virgen,
llamando a la reciente ciudad la
Nueva Guatemala de la Asunción, fundada
provisionalmente el 2 de enero de 1776 y, en definitiva,
mediante Orden Real del 23 de mayo del mismo año.
Con el transcurso
del tiempo, aquella ciudad colonial volvió a poblarse pero muy
lentamente y sin perder su aspecto tradicional, sus calles se
conservaron empedradas, las casas de habitación no variaron en
su apariencia interior y exterior, prevaleciendo la teja como
material de techamiento. Las edificaciones más importantes se
conservaron en su estado de ruina.
En la
actualidad…
A
la recordada ciudad Santiago de los Caballeros,
localizada en el mencionado Valle de Panchoy, se le
conoce como La Antigua Guatemala. |
La ciudad de La Antigua Guatemala constituye un conjunto
monumental de inmenso valor para el patrimonio nacional. Tiene
en realidad tal rango que puede asegurarse que su conservación
es primordial no sólo para Guatemala sino para América. Es por
ello que, en 1969, conforme Decreto 60-69 del Congreso de la
República, Ley protectora de la Ciudad de La Antigua
Guatemala, se creó el Consejo Nacional para la Protección de
la Antigua Guatemala.
Apreciación
Junto a las edificaciones coloniales y contemporáneas, se
yergue la majestuosidad de las ruinas de templos, iglesias y
conventos que prevalecen en medio de una especial y
extraordinaria combinación de quietud y vida moderna que
experimentan visitantes, turistas y peregrinos al arribar a
esta ciudad colonial, también conocida popularmente como
de
las perpetuas rosas.
Fuente:
Compendio de la Historia de la
ciudad de Guatemala, Volumen I, Domingo Juarros; El
Requerimiento (1513), Normas coloniales; El discurso de
las capillas posas del ex-convento franciscano de Calpan,
Puebla;
Itinerario de un peregrino en
una "Ciudad Mística", La Antigua Guatemala;
Consejo Nacional para la
Protección de La Antigua Guatemala; Cofradía de San
Francisco; Revista formativa de la Cofradía del Rosario;
Periódico Católico La Misión; Museo de Santiago, La
Antigua Guatemala; y, Museo de las Tradiciones de
Semana Santa, La Antigua Guatemala.
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